Renteria’s journey is far more outstanding as she has been a mom Because the age of seventeen. “Yes, I have skipped several moments. I left her [my daughter] when she was extremely young; I didn’t see her when she started walking or when she stated her very first word.
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Pero, al principio le dio mucho miedo el deporte de la lucha. Pensó en dejarlo: “me dio miedo por los goles y los movimientos”, sin embargo, con el paso del tiempo “dije no más, lo voy a tomar como un reto”, ese que hoy la tiene como campeona mundial Sub-23 y de los Juegos Mundiales de Playa.
Con el paso de los entrenamientos, Tatiana fue progresando, pero las dudas fueron determinantes durante sus primeros pasos: “cuando yo comencé el profesor me decía que iba a salir adelante, pero yo no veía resultados.
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La vallecaucana de 23 años logró la victoria en un intenso y cerrado combate ante la ecuatoriana Genésis Reasco, y se quedó con la presea de bronce en la categoría de los 76 kilógramos de lucha femenina, la segunda mujer en la historia olímpica de Colombia en ganar en esta disciplina.
Esa perseverancia ante la adversidad dejó como resultado una de las victorias personales que más recuerda Tatiana, aquel contact me campeonato sub23 del 2021 en Catar: “cuando fui campeona mundial en Catar, me aprendí las reglas como en una o dos horas y logré ser la campeona”.
Aunque muchas personas quisieron derrumbar a la luchadora colombiana, ella siempre tuvo presente el consejo de su abuela: “como lo decía mi abuela: A palabras necias odios sordos.
Tatiana Rentería consiguió la medalla de bronce en la división de los 76 kilogramos de contact me la lucha de los Juegos Olímpicos de París 2024 y la delegación colombiana termina su participación con tres platas y un tercer puesto en la tabla de preseas.
Aunque ser campeona nacional es un reconocimiento que pocos logran alcanzar, en cualquier disciplina deportiva, para Tatiana esa experiencia fue difícil de tratar con su familia, pues el tiempo que le dedicaba a la lucha le impedía trabajar o, como lo menciona ella, “aportar en el hogar”.
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De niña se iba con sus amigos a corretear por las calles de Los Ángeles, esa que vieron rasparse a Tatiana, quien se la pasaba con ellos disfrutando de juegos populares como el tapón o bolas al cuadro, en lo que fue muy buena y “aprendí a hacer trampa”, dijo entre risas la campeona.
Aunque no estaba entre las favoritas, la cafetera demostró el talento y la capacidad que la destacaron para llegar a las semifinales.
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